domingo, 21 de septiembre de 2014

La agonía y el éxtasis

Pasa el tiempo y me convenzo que, en las cuestiones del amor, no aprendí nada. Y en las cuestiones personales, tampoco. ¿Cómo es que puedo llegar a depender de otra persona para ser feliz? ¿Para vivir y para hacer lo que yo quiera? Es mentira lo del cambio de 180º, sigo siendo la misma boba de siempre que cree en el amor, que cree en las palabras, que cree en las personas. Si realmente quisiera hacer ese cambio, no me importaría nada, pero nada. Porque convengamos que los demás hacen cosas y no se detienen a pensar en qué voy a sentir... Todos hacemos cosas un poco egoístamente, claro, no soy la excepción.

Cuando era más chica sufrí mucho por amor, pero mucho. No voy a dar detalles acá porque sería eteeeerno... Y hace más de 16 años que no lloro por amor. Y hoy, 21 de septiembre de 2014, estoy llorando por amor y no lo puedo creer. No lamento nada de lo que dí, nada; lo volvería a dar aunque me deje este hueco acá en el pecho que parece imposible de llenar. Lo único que lamento es lo que escribí al principio, esto de no haber aprendido nada. Y lo peor de todo es saber, en lo más íntimo, que es poco probable que aprenda algo. Soy así, me enamoro, entrego mi corazón y después, veo que me lo devuelven hecho un bollito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario