martes, 12 de agosto de 2014

Dile que sí

Escribió Gabriel García Márquez:

"Dile que sí, aunque te estés muriendo de miedo, aunque después te arrepientas, porque de todos modos te vas a arrepentir toda la vida si le contestas que no."

Qué buena frase, ¿no? Cuántos de nosotros habremos dicho que no por miedo, o lo seguimos haciendo. En mi caso la mayoría de mis "no" fueron cuando salía de la adolescencia y entraba en la primera juventud; ahora estoy más con el "sí" pero a veces encuentro resistencias externas, relacionadas con el otro que no está acostumbrado a tanta afirmación junta.

Creo firmemente que, a esta edad, estoy en un punto en la vida en que no puedo darme el lujo de perder el tiempo. Es más, tengo la obligación de no perderlo. No porque me vaya a morir mañana ni mucho menos, no, si no porque desaprovechar las oportunidades, no arriesgarme, frenar mis impulsos por miedo, son maneras de durar en lugar de vivir.

Esta hermosa afirmación va de la mano con la pregunta obligada: "¿Y qué esperás para hacer lo que realmente querés?" No lo sé: cuando estoy por apretar el acelerador, se activa mi cobertura de seguros contra terceros y veo que puedo lastimar a otros. Y un sentimiento de empatía me embarga y voy bajando la velocidad hasta detenerme... En este proceso me invade la tristeza y la seguridad de que decir que sí, para mí, no es fácil: una contradicción más en la historia de mi vida.

¡Salud!

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