miércoles, 9 de marzo de 2011

Soltar

Siento que mi cuerpo está rígido: de la bronca, de la impotencia por no recibir de los demás lo que yo creo que merezco. Bostezo a cada rato y me siento cada vez más cargada de mala onda. Entonces, elijo sentirme mejor, para conseguirlo escribo esto (ahí fue otro bostezo):

Elijo dejar de esperar de los demás lo que para mí es correcto, elijo dejar de tratar de entender por qué no tuvieron la actitud que yo esperaba, elijo pensar que cada uno es dueño de su pensamiento y de su razón, y que como tales, no piensan como yo, sino como ellos eligen pensar.

Elijo comprender y aceptar que mi verdad es sólo mía, y que no es transferible, que no la puedo plantar en la mente de los otros. Lo que creo que es verdad es sólo mi visión de las cosas, no es "la" visión y, por lo tanto, está sesgada.

Elijo liberar mis pretensiones y elijo elegir, todos los días, la libertad de los demás. Elijo estar feliz con eso, elijo no amargarme más porque yo me siento de una manera u otra y el de enfrente se siente distinto, cuando yo creo que debería sentirse igual a mí: ¿por qué debería?

Finalmente, elijo abrazar mi mala onda y decirle que está bien, que puede existir, pero que apenas pueda se diluya, caso contrario, voy a tener que tomarme otro Ibupirac.

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